22.02.2024
Lucas 14.26-27 “Si alguno viene a mí, y no renuncia a sus padres; ni a su cónyuge e hijos; ni a sus hermanos; y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo”. Amén.
Siempre es más provechoso darle el control de nuestra vida a Dios. Pero, ¿Cómo saber si totalmente me he rendido a Él?
Se puede saber si…
1. Decimos: Pase lo que pase, Señor, hágase tu voluntad. Eso es porque se le ha reconocido el derecho a tener el control total de nuestra vida.
2. Si Dejamos de negociar con Dios. Como pecadores -salvos POR GRACIA- no tenemos ninguna razón para negociar con Dios. Él fue quien nos redimió con la sangre derramada de su Hijo, y nos hizo parte de su familia. Nuestra lealtad a Él debe ser sincera.
3. Si dejamos todo para recibir -lo que sea necesario- del Señor. Una entrega absoluta significa renunciar voluntariamente a nuestra independencia y preferencias personales (Mateo 10.39… el que pierde su vida por causa de mí, la hallará).
Al hacer eso, seremos útiles al Señor. Seremos también un canal abierto y listo para Su uso; y nada obstruirá el flujo de su Espíritu en nosotros.
Siempre recibiremos más de lo que se nos pide que renunciemos.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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