28/12/2023
Juan 3.28-30 “Ustedes mismos son mis testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él. 29 El que tiene la esposa, es el esposo; pero el amigo del esposo, que está a su lado y lo oye, se alegra mucho al oír la voz del esposo. Así que esta alegría mía ya se ha cumplido. 30 Es necesario que Él crezca, y que yo mengue”. Amén.
Los discípulos de Juan el Bautista muestran preocupación por su líder, o quizás por la supervivencia de su ministerio. Dijeron: “Rabí de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él” (vs.26).
Ellos sabían que Juan no era el Mesías, y había dicho que no lo era. Por lo que esperaban que su ministerio siguiera vivo y que recibiera el respeto que Juan merecía como profeta.
Por esas razones, la respuesta de Juan pudo haberles sorprendido: “Es necesario que Él crezca, y yo mengüe”.
La fe de Juan -en Cristo- le permitió ser menos. Pasó del centro del escenario a las sombras. ¡Pero Juan sintió gran gozo! Es que había comprendido su papel.
La labor de Juan fue ser un Servidor para el Reino. Reconoció que su labor principal era preparar el escenario para el Mesías.
Al igual que él, encontremos nuestro gozo más grande aceptando nuestro papel secundario, y que señala al Salvador. Un rol pequeño para el Reino de Dios no implica gozo más pequeño. ¡Eso, tenlo presente!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:En.Contacto)
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