Genesis 50.15, 19-20 “Viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos. Y les respondió José: No teman; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Ustedes pensaron mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”.
A veces, los malvados parecen triunfar sobre los justos, lo que lleva a preguntarnos por qué el Señor lo permite. Pero la verdad es que Él puede utilizar a los malos para lograr sus buenos propósitos. Aunque se nos haga difícil creerlo.
Miremos el ejemplo de José, quien enfrentó a personas de corazón duro. Sus hermanos lo vendieron como esclavo y lo enviaron a Egipto (Génesis 37.25-28). La esposa de su amo lo acusó de querer difamarla (Génesis 39.7-18). Ayudó al copero del Faraón, desde la cárcel, y éste se olvidó de José (Génesis 40.23).
Pero la completa historia de José dejó claro que todos los que lo lastimaron o desampararon contribuyeron al plan de Dios. El Señor se valió de personas de corazón duro y malvadas para llevar a José al poder en el momento preciso, y poder salvar a su familia de gran hambruna.
Acostumbramos a ver las acciones de Dios desde la limitada visión de nuestra condición humana, y no tomando en cuenta que Sus pensamientos y propósitos pueden ser muy diferentes que los nuestros.
Es posible cuestionar los giros que da la vida, pero estemos seguros de que Dios es soberano. Los malvados pueden cantar victoria por un tiempo, pero el triunfo final le pertenecerá ¡a Jesucristo y a sus fieles seguidores!
¡Feliz día y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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