"Tu palabra sabia de hoy"

Sábado 22.4.17

Efesios 2:1-5 "Y él nos dio vida, cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, en los cuales anduviste en otro tiempo, siguiendo la corriente del mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia somos salvos)."

En algunos cumpleaños ponen piñatas, lo cual no es más que un recipiente, de cartón, lleno de dulces. Los niños la golpean con un palo, tratando de romperla, y con la esperanza de disfrutar del contenido.

En el siglo XVI, se usaban las piñatas como herramientas de enseñanza para los indios aborígenes de México. Eran estrellas con 7 puntas que representaban los 7 pecados capitales (lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y orgullo. Estos pecados son, para algunos grupos religiosos, muy mencionados, pero ignorados). Golpear la piñata simbolizaba la lucha contra el mal; la gente llevaba a su casa los dulces, como recordatorio de las recompensas por guardar la fe.

Hoy, ni a palos ni con sacrificios, se lucha contra el mal; ya que nuestro Dios, que es todo amor, nos espera para mostrarnos Su misericordia. Por Su gracia somos salvos, por medio de la fe; la cual no depende de nosotros, pues es un don de Dios. Nosotros no tenemos la capacidad de derrotar el pecado; Cristo ya lo hizo por nosotros.

Los niños batallan arduamente para conseguir los dulces de la piñata, pero los regalos abundantes de Dios nos llegan solos, cuando creemos y obedecemos a Jesús. Él nos bendice con toda bendición espiritual (Efes.1:3). Tenemos perdón de pecados, redención, adopción, vida nueva, gozo, amor y mucho más, mediante su Hijo Jesucristo. Todo viene por gracia… ¡gracia inmerecida!

Que Dios te bendiga, en especial con el don y la gracia de la salvación!

Wilda.

(Fuente de ref: Nuestro pan diario)