Mateo 4.18-20 “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Vengan en pos de mí, y los haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron". Amén.
Las personas pudieran creer tener razones, por las que entiendan que Dios no debería llamarlas a comunicar el Evangelio. Pero el llamado del Señor no es una sugerencia; es obediencia y humilde entrega.
Para el cristiano, la respuesta apropiada al llamado de Dios es “sí”. Luego, equiparse para realizar la obra que se le asigne. Dios tiene un plan para la vida de cada creyente y le dará todo lo que sea necesario.
Dios determina nuestro llamado, con sabiduría y discernimiento. Sabe por qué nos creó, y lo que somos capaces de lograr con su poder. Rechazar la invitación a servirle es una insensatez. Pero la obediencia nos abrirá las puertas a una vida de servicio, grandes bendiciones y maravilloso gozo.
Se podría servir en cualquier parte, y de múltiples maneras. En resumen, el llamado misionero es cualquier cosa que Dios le llame a hacer.
Dios
tiene un plan excelente para cada creyente. ¡Tengámoslo
bien presente!
Muy
feliz día.
¡Dios
te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)