Éxodo 2.11-12 En aquellos días, sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no aparecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Amén.
Cuando Moisés huye de Egipto, por haber matado a un egipcio (Éxodo 2.11-25), se ve que la vida está llena de desafíos. Pero que tenemos dos maneras de reaccionar: 1. A la manera de Dios, 2. A la manera nuestra.
Moisés tomó el asunto en sus propias manos. Su motivo fue puro, pero su método, incorrecto. Y Moisés cometió tres errores.
1. Se enfocó en la dificultad. La injusticia o el dolor de una situación atrapa nuestra atención, y en nuestro deseo de solución, actuamos sin buscar primero al Señor.
2. Confió en su propia fuerza y entendimiento. Ante problemas, la respuesta más natural es hacer lo que podamos para solucionar. Pero Dios quiere que confiemos en Él, y no en nosotros.
3.
Moisés actuó impulsivamente. Cuando una situación parece
urgente, solucionarla lo más rápido posible, se convierte en nuestra
prioridad, y olvidamos esperar en el Señor.
Todos hemos hecho lo mismo que Moisés, en algún momento, y también hemos vivido sus secuelas.
Aunque Dios no rechazó ni anuló Su plan para Moisés, le fue refinando su carácter, para otra oportunidad; lo mismo hace con nosotros.
Pongamos nuestras debilidades a los pies del Señor, hay oportunidad para la manifestación de Su glorioso poder.
Muy feliz inicio de semana.
¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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