jueves, 5 de septiembre de 2013

“Cómo Programar Nuestra Mente”

“Cómo Programar Nuestra Mente”

Colosenses 3:15-17 (Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. )

 La mente es la torre de control de la vida. Las decisiones determinan las acciones, y éstas, a su vez, afectan al futuro inmediato y distante. La persona que seremos dentro de veinte años, habrá sido influenciada por la manera como pensemos hoy. Si queremos que nuestro futuro sea agradable al Señor, tenemos entonces que comenzar a programar de inmediato nuestra mente con pensamientos rectos.

 En Romanos 12.2 y Efesios 4.23, el apóstol Pablo le dice a los creyentes que rechacen la manera de pensar del mundo y que renueven sus mentes. Se nos ha dado la capacidad de pensar como Cristo, si nos sometemos a la obra del Espíritu Santo. El creyente debe buscar con afán las cosas de Dios como un acto de sumisión. Esto significa abrir nuestra mente a las ideas de la Biblia, y protejámonos de la mentalidad del mundo, porque hemos de ser siervos de Dios.

 Una segunda manera de ser sumisos, es filtrar nuestros pensamientos por medio de la Palabra de Dios y de la voluntad de Él. Este es un paso práctico que nos permite identificar los conceptos erróneos. Debemos considerar si una actitud o manera de pensar es agradable al Señor y útil para convertirnos en quienes Él nos ha llamado a ser. Por tanto, si un pensamiento no es bíblico, podemos decidir rechazarlo (2 Corintios 10.5).

 Naturalmente, la única manera de saber si un pensamiento agrada al Señor, es leyendo su Palabra. Dios da en Ella ejemplos de vida y de maneras de pensar rectas, y ofrece dirección para que escojamos esas normas. La Biblia es el manual de instrucción de nuestra torre de control!.   De Encontacto.org

martes, 3 de septiembre de 2013

“Dios Premia la Obediencia”


Lucas 5:1-11 (Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. )

Un simple pescador se convirtió en uno de los principales fundadores de la iglesia primitiva al ser obediente. Simón Pedro se comprometió a seguir a Jesucristo, y recibió muchas bendiciones como resultado.

 Después de una noche infructuosa en el mar, Pedro estaba cansado y desanimado. Pero cuando el Señor Jesús le pidió prestada su barca, él estuvo de acuerdo. Y cuando el carpintero le dijo al pescador que echara las redes para pescar, Pedro obedeció a pesar de su experimentado criterio. Su obediencia al Señor le produjo una ganancia inmensa, y mejor aun, vio a Jesús como lo que era: el Señor.

 Así como sus redes se ensancharon con la desbordante pesca, la fe de Pedro también se hizo más grande ese día. Estaba tan seguro de la autoridad de Jesús, que renunció a las herramientas de su oficio y se convirtió en un “pescador de hombres” (vv. 10, 11). Y con el tiempo vinieron más recompensas: milagros en nombre de Cristo (Hechos 9.33-42).

 La obediencia era el estilo de vida de Pedro; cuando el Señor le decía que hiciera algo, no se dilataba (Mateo 16.15-17). Sabía quién era Jesús, y ayudó a establecer la iglesia sobre el firme fundamento de Cristo. Pedro predicó en Pentecostés (Hechos 2.14-36), llevó el cristianismo a los gentiles (11.1-18), y escribió dos epístolas de la Biblia.

 A veces, pensamos: ¿Cómo puede Dios usar a alguien como yo? La vida del apóstol Pedro demuestra que el Señor prepara a quienes Él llama. Y ante una obediencia fiel, Dios recompensa.  (De Encontacto.org)
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Comentario:
Cuando el Señor Jesús te pida prestada tu barca (tu vida), no le digas que no...deja que Él la dirija.
En tu obediencia al Señor, habrá una ganancia inmensa, y tus redes (tus bendiciones) se ensancharan.
Que tu fe se haga tan grande o mayor que la de Pedro.
En el tiempo podrás disfrutar de todas las maravillosas recompensas que vendrán.
Obedecer fue el estilo de vida de Pedro,  y no se dilataba al hacer lo que el Señor le decía.
No temas al llamado de Dios, Él prepara a quienes llama.

 Dios es siempre fiel, y sus recompensas para los que le obedecen.

Dios te bendiga y dirija en obediencia!
Wilda M.V.

viernes, 30 de agosto de 2013

“Vida eterna: Téngala por segura”

1 Juan 5.13 "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios". Amén.

Cuando el apóstol Juan escribió a la iglesia primitiva, Juan quiso dejar perfectamente claro que Dios ofrece a sus hijos vida eterna. Los hombres y las mujeres que están en Cristo, no deben tener ningún miedo a la muerte física, porque sus verdaderas vidas —sus vidas eternas— están seguras en Jesús.

El pasaje de hoy es único porque Juan afirma claramente en él su propósito al escribir. El objetivo de su ministerio era fortalecer a los creyentes con la fe inquebrantable de la vida eterna en Cristo. La base para esta verdad radica en:

1. Las promesas inmutables de Dios. Una y otra vez en su evangelio y en sus cartas, el apóstol declara la garantía de Dios en cuanto a la vida eterna. Por ejemplo, cita las promesas de Jesús sobre la eternidad, en Juan 3.16; 6.40; 10:27-30.

2. El amor incondicional de Dios. Nuestro Padre celestial nos ama tanto, que quiere relacionarse eternamente con cada uno de nosotros. Para lograr esto, Él demostró su amor de una manera asombrosa: al darnos la salvación a un gran precio (Romanos 5.6-11; 8.3-39).

3. La obra consumada por Cristo en la cruz. Al ofrecer su vida en sacrificio expiatorio por nosotros, Jesús proveyó el medio de salvación de una vez por todas. Nuestra parte es aceptar el regalo que Él nos da sin restricciones (Hebreos 10.23-28).

4. El testimonio del Espíritu de Dios a nuestro corazón. Nuestro Padre celestial pone su Santo Espíritu en cada creyente para dar testimonio de la verdad de nuestra salvación (Romanos 8.15-17). La Biblia nos dice que podemos tener la absoluta seguridad de nuestra salvación en Cristo. ¿Refleja esta confianza su vida?  

         

(De Encontacto)

            (TPSH 30.08.22)

jueves, 29 de agosto de 2013

“Vida Eterna: ¿Quiere Tenerla?

1 Juan 5:3-12 ( Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. )

 Parece ser que el tema de la buena salud está en la mente de todo el mundo en estos tiempos. Los libros sobre las últimas y mejores dietas encabezan la lista de los más vendidos. Tiendas de productos nutritivos y gimnasios se abren en todas partes. Y los comerciales de TV están constantemente presentando máquinas diseñadas para que usted tenga “la mejor figura de su vida” (y con la promesa de un mínimo esfuerzo y dedicación).

 ¿Por qué razón es la industria de la salud un buen negocio? Porque la larga vida es una gran preocupación: la mayoría de las personas tienen el deseo innato de vivir lo más que puedan. Pero además de querer más años, las personas quieren la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, esta necesidad de tener una vida larga y vigorosa, se centra con más frecuencia en el mundo físico. ¿Qué de la vida después de la muerte?

 La Biblia enseña claramente que la vida eterna está disponible para toda persona (Romanos 10.13). La enfermedad, los padecimientos y la muerte, están todos ligados a la vida; pero todos los que están en Cristo han vencido ya lo peor que este mundo ofrece —es decir, la muerte (1 Juan 5.4, 5). A pesar de su atractivo, los comerciales no pueden ofrecer nada comparable con la promesa de la vida eterna.

 Como creyentes, debemos estar gritando este mensaje a los cuatro vientos. Las personas que nos rodean están anhelando tener una palabra de vida, pero muchos cristianos han permanecido en silencio. ¿Por qué? ¿Cómo podemos mantener en secreto aquello para lo que Dios no escatimó esfuerzos en revelar? ¡Podemos vivir para siempre!
(De Encontacto.org)

Comentario: Si que podemos vivir para siempre… La Biblia lo dice y es palabra de Dios! Pero solamente Cristo es quien tiene la llave de esa puerta que lleva a vida eterna…y es nuestra decisión desear obtenerla o no.

Dios te bendiga y dirija a poder entrar por esa puerta. Pídelo con fe en oración. Un corazón contrito y humillado no desprecia el Señor (Salmos 51.17)

Wilda M.V.

martes, 27 de agosto de 2013

“Nuestra Respuesta Ante los Obstáculos”


Filipenses 4.6-7 (Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. )

 Las frustraciones pueden ser difíciles de soportar. En un momento, la vida parece ir por buen rumbo hacia lo que esperamos y soñamos. Pero en el siguiente, nuestro camino es bloqueado. ¿Cómo respondemos en momentos como esos? Si nuestro corazón está abocado a cierta línea de acción, podemos autoconvencernos de que es la voluntad de Dios, y seguir adelante. Podemos hacer una breve oración pidiendo la ayuda o la bendición de Dios, pero con el deseo de continuar.

 Al manipular a las personas o las circunstancias, pudiéramos conseguir lo que queremos, pero estar fuera del plan de Dios.

No nos desesperemos que habrá otra respuesta ante un camino bloqueado. Y  no enfrentemos el peligro de funcionar por nuestros sentimientos, y reemplazar una perspectiva centrada en Cristo con otra centrada en nosotros mismos.

 Las emociones fuertes pueden ser una tentación para culpar a otros, incluyendo al Señor. La ira contra Dios puede, a la vez, llevarnos a rebelarnos contra el Señor y sus cosas. La respuesta bíblica, por el contrario, comienza por esperar y confiar en el Señor.

 Cuando Dios nos bloquea el camino, debemos tener fe en Él, y dedicar tiempo para evaluar la situación y buscar dirección. Al pedir que el Espíritu Santo aumente nuestra sensibilidad a los hechos que nos rodean, podremos notar cualquier puerta que se abra. Y aunque no encontremos ninguna, debemos vivir con esperanza, confiando en que otras puertas de oportunidades se abrirán en el tiempo perfecto de Dios.

 Es esencial dar gracias y esperar en el Señor, incluso en los momentos cuando no lo entendamos. (De Encontacto.org)

lunes, 26 de agosto de 2013

"Cuando las Puertas se Cierran"

“Cuando las Puertas se Cierran”

Hechos 16.6-10 (Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. )

Dios tiene el poder de abrir cualquier puerta. Sin embargo, Él puede decidir que aquellas que nos parecen importantes sigan cerradas. ¿Por qué permite el Señor que sea así?

 • Por nuestra protección. Él podría estar evitando que cometamos un error. Cuando actuamos por nuestra propia cuenta, es posible que no tengamos el conocimiento suficiente para tomar decisiones correctas.

 • Por redirección. Dios pudiera estar enviándonos por un camino nuevo. Su plan podría incluir mayores oportunidades, una satisfacción más grande, más productividad, un período de sufrimiento, o una oportunidad para glorificar su nombre. El Señor cerró las puertas en Asia para que el apóstol Pablo ministrara en el continente de Europa. Su obediencia llevó al establecimiento de iglesias en Filipos, Tesalónica y Corinto. Aunque Pablo experimentó muchos sufrimientos, también conoció el gozo de participar en la obra de Dios.

 • Para probarnos. Cuando Dios dice “No”, nuestra fe es probada, y descubrimos lo que creemos de Él y sus planes. • La perseverancia. Cuando las puertas se cierran, tenemos la oportunidad de desarrollar tenacidad. Romanos 5.3-5 nos dice que debemos “gloriarnos en las tribulaciones”, por los resultados positivos que el Señor producirá por medio de ellos.

 • El tiempo correcto. A veces, nuestro Padre celestial pone señales de alto en nuestro camino para hacer su voluntad en el tiempo perfecto.

 • La desobediencia. La rebeldía en el pasado puede afectar las experiencias y las bendiciones futuras.

Cuando una puerta se cierre, espere en el Señor y pregúntele cuál es su propósito. (De Encontacto.org)

Comentario: Dios siempre tiene un plan perfecto para nuestras vidas… detengámonos a escuchar su voz!

Dios te bendiga
 Wilda

martes, 20 de agosto de 2013

“El Uso del Tiempo Para el Éxito”

Efesios 5:15-17 (Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.)

Como seguidores de Cristo, tener éxito a los ojos de Dios es el único logro que importa. A veces, sin embargo, el éxito parece evadirnos. Cuando eso sucede, examinar lo que pensamos y cómo estamos usando nuestro tiempo, puede ayudarnos a avanzar. Hay una relación entre el éxito espiritual y la manera en que utilizamos el tiempo.

Para llegar a ser la persona que Dios quiere que seamos, y para cumplir con las tareas que Él quiere que hagamos, debemos manejar nuestro tiempo con cuidado. El tiempo es un regalo que Dios nos ha dado, y somos responsables ante Él por nuestra manera de usarlo.

Necesitamos reconocer que es una provisión del Señor para que lo utilicemos de maneras que cumplan con su plan. Revisar de manera regular nuestra agenda, nos ayudará a asegurarnos de que estamos invirtiendo este precioso recurso como Él desea.

Tome un momento para revisar sus planes para el resto de la semana, y hágase las siguientes preguntas:

1. ¿Revelan mis planes un uso sabio de mi tiempo, acorde con los requisitos de Dios?
2. ¿Dónde voy a terminar si continúo usando mi tiempo en las mismas actividades en que estoy involucrado ahora? ¿Será eso lo que Dios quiere que yo sea?
3. ¿Qué estaré logrando para el reino de Dios si sigo usando mi tiempo de esta manera?
4. ¿La manera como uso mi tiempo me ayuda a acercarme más al cumplimiento del propósito de Dios para mí, es decir, mi transformación a la semejanza de Cristo?

Escuche lo que el Espíritu Santo le revele en cuanto a su agenda, para que pueda hacer un uso sabio de su tiempo.   (En Contacto,org)

Comentario:
 El tiempo es de Dios…de nosotros la sabiduría al manejarlo. Dios te bendiga Wilda

sábado, 17 de agosto de 2013

"No mirando la niebla, sino a Dios"

Hace algunos años fui a América con el capitán de un vapor, que era un cristiano muy fervoroso. Cuando nos alejamos de la costa de Terranova, me dijo:  la última vez que crucé por aquí hace cinco semanas, me aconteció algo extraordinario que revolucionó mi vida cristiana por completo.
Teníamos a bordo a George Müller, de Bristol. Nunca abandoné el puente donde pasé veinticuatro horas. George Müller vino a donde yo estaba y dijo:
- Capitán, he venido para decirle que necesito estar en Quebec el sábado por la tarde. - Es imposible-, le repliqué.
- Está bien, si su vapor no puede llevarme, Dios proveerá otro medio. Durante cincuenta y siete años nunca he faltado a uno solo de mis compromisos. Vamos a orar en la habitación de la carta hidrográfica.
Miré a aquel hombre de Dios, y me dije: ¿De qué manicomio se habrá escapado este hombre? Nunca había oído una cosa semejante.
- Señor Müller -le dije-, No se da usted cuenta de lo densa que es esta niebla?  -No -replicó-, mis ojos no miran a la densidad de la niebla, sino al Dios vivo, quien controla todas las circunstancias de mi vida.
Se arrodilló y oró una oración simplicísima, y cuando terminó yo iba a orar; pero el, poniendo su mano sobre mi hombro, me dijo que no orase.
- Primero, porque usted no cree que El contestará; y segundo, porque YO CREO OUE EL HA CONTESTADO, y no hay necesidad de que usted ore acerca de ello.
 Le mire, y me dijo: - Capitán, yo he conocido a mi Señor durante cincuenta y siete años, y durante este tiempo no he faltado ni un solo día en tener audiencia con el Rey. Levántese, capitán, abra la puerta y verá como la niebla ha desaparecido-. Me levanté, y verdaderamente la niebla había desaparecido. El sábado por la tarde, George Müller estaba en Quebec cumpliendo su compromiso.

Nuestro Dios puede disipar al tiempo necesario todas las nieblas de nuestra vida.

Fuente: Manantiales En El Desierto (Charles E. Cowman)

jueves, 15 de agosto de 2013

“Consecuencias de Toda Debilidad Incontrolable”


Romanos 6:17-23 ( Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. )

Es normal que los niños, en algún momento, tomen conciencia de que se están volviendo más fuertes. Los padres, por lo general, animan a sus hijos a aumentar sus fuerzas y a vencer cualquier debilidad. Algunos jóvenes lo hacen, pero otros actúan con indiferencia o se sienten derrotados aun antes de comenzar.

Todos tenemos debilidades. ¿Cómo respondemos a ellas? ¿Elaboramos un plan para vencerlas? ¿Fingimos que no son importantes, o nos rendimos a ellas fácilmente? Ninguna de estas respuestas es la que Dios desea de nosotros. Él quiere que nuestras debilidades nos recuerden que dependemos totalmente de su fuerza, y también la gran necesidad que tenemos de Él. Su plan para nosotros es que nuestras debilidades nos motiven a relacionarnos más con Él. Si no manejamos adecuadamente las áreas en las que no somos fuertes, podemos herirnos a nosotros mismos y a quienes nos rodean. Debemos volver a Dios para pedirle que se ocupe de nuestras debilidades, de manera que no dominen nuestras vidas. Sansón fue un hombre apartado y equipado por Dios para propósitos divinos. Pero tenía una debilidad sin control; vivió desenfrenadamente hasta que eso destruyó su trabajo para el Señor (Jueces 13−16). Nosotros, como seguidores de Cristo, también hemos sido separados para la obra de Dios, y equipados por Él.

Debemos prestar atención a la advertencia sobre la vida de Sansón, y volvernos rápidamente a Dios cada vez que aflore nuestra debilidad. Demorar en hacerlo podría significar el desastre. (De EnContacto.org)

miércoles, 14 de agosto de 2013

“La Santidad y el Carácter Santo”


 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento (Mateo 9:11-13)

 Existe la idea errónea de que los cristianos debemos ser perfectos. Para hacer creer a los demás que tenemos una vida perfecta, hay quienes ponen una cara feliz y utilizan palabras que suenan aceptables. Sin embargo, la salvación por medio del Señor Jesús no cambia el hecho de que el pecado está presente en nuestra vida. Cuando nacemos de nuevo, Dios nos perdona; pero nuestra batalla con el pecado continuará hasta que lleguemos al cielo.

 En realidad, empeñarse en conseguir la perfección puede ser una trampa que impedirá que vivamos en santidad. Funcionar de esa manera es una forma de confiar en nuestras capacidades. Jesús dijo que El vino a sanar a los que reconocían su propia debilidad. Al tener conciencia de nuestra incompetencia, comprendemos nuestra necesidad de Él.

 El mundo ve a las personas exitosas como poderosas y autosuficientes, pero al Señor Jesús no le interesaban esas características. En vez de eso, Él quiere que la persona esté consciente de su humillación. Este es el principio básico del carácter santo.

 Debemos reconocer nuestra condición y buscar a Dios con pasión. Para que así, pueda aumentar nuestra hambre de la Palabra de Dios, nuestro servicio fiel, nuestra fe, y la sabiduría para tomar decisiones basadas en los preceptos bíblicos y no en preferencias personales.

Cuídese de no esconder sus pecados para parecer un “buen cristiano”. Sin el reconocimiento y la confesión de nuestra pecaminosidad, no podemos confiar plenamente en Dios. Es solo con esta conciencia que podemos buscarle, obedecerle, y confesar arrepentidos nuestras faltas.

Dr. Charles Stanley

“La Promesa de una Segunda Oportunidad”


 Juan 8:1-11: “Y Jesús se fue al monte de los Olivos. Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y él les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” )

 Nunca he conocido a una persona que no haya tenido un pasado. Nunca he hablado con nadie cuya vida no incluya un “ayer”, o una “semana pasada” o un “año pasado”. Y si alguien tiene un pasado, usted puede estar seguro de que esa persona ha cometido algunos errores.

 Si cada uno de nosotros tiene un pasado, ¿por qué, entonces, nos sentimos aislados, solos y avergonzados por lo que hicimos “en otro tiempo”? ¿Por qué permitimos que las sombras de lo que hicimos hace mucho oscurezcan nuestro presente?

 La respuesta es un asunto de perspectiva. Cuando vemos retrospectivamente nuestras vidas, por lo general vemos errores a través del lente de la culpa, el remordimiento o el temor a la condenación. Lo que una vez aceptamos como una conducta permisible, puede ahora escandalizarnos al darnos cuenta de la gravedad de esos actos.

 Pero ¿cómo nos percibe nuestro Padre celestial? ¿Está influenciado por los mismos lentes sucios por los que nos inclinamos a mirar? No. Él nos ve con claridad perfecta. Significa que nos ve completamente, pero no toma en cuenta la culpa y el remordimiento que tienden a distorsionar nuestras percepciones.

 Más que eso, nos ve con la gracia y el perdón perfectos que solamente Él puede dar. Aunque nuestros errores pueden herirlo, el Señor nos mira con amor.

Si usted ha enfrentado su pecado y ha aceptado el perdón de Jesucristo, entonces puede tener la seguridad de que ahora está viviendo una segunda oportunidad. Por el resto de sus días en este mundo, puede tener el gozo de saber que ha sido perdonado.

 (De Encontacto.org)

lunes, 12 de agosto de 2013

“Someterse no es una Opción, es Obediencia a Dios”

Lectura Base: 1 Pedro 2:11-22-
"Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, y a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;"

Reflexión: Dando nuestra interpretación a lo que El Señor nos habla, a través del apóstol Pedro, de que ya pertenecemos al cuerpo de Cristo, hemos sido lavados por su sangre, y ya nuestra ciudadanía está fijada como celestial… por qué aún somos dados a vivir para los deseos de la carne, y para lo que este mundo ofrece (que parece tan bueno a nuestros ojos y gustos), y que solo es vanidad, falta de obediencia… y en gran manera dañino para nosotros?

Estamos viviendo entre la gente común, y no faltará quiénes hablen de nosotros -como normalmente ocurre entre la humanidad-. Ahora bien, que eso no sea motivo para dejar de exaltar a Dios, y tener siempre presente que nuestros hechos serán pauta a seguir, para muchos; quienes -con gran diplomacia- nos observan en cada uno de nuestros movimientos, por el simple hecho de que hay “algo diferente”.

El por qué revelarnos ante los demás? Es preciso dejar nuestro vano orgullo y sometámonos a aquellos, que el mismo Dios ha puesto por encima de nuestras cabezas… Póngase a pensar que por algo Él lo hizo de esa manera…. Y que Dios es sabio en todos sus actos! Es mejor ser bien vistos delante de la presencia de Dios (por ser mansos y humildes), que serlo delante de los hombres… pero en desagrado para Dios.

Es voluntad de nuestro Padre, que así actuemos, y que además sea disipada la insensatez de aquellos que no logran entender nuestro comportamiento… pero que -quizás en su interior- es lo que anhelan en gran manera.

No nos dejemos guiar por la libertad con la que entienden los demás es preciso vivir…lo cual muchas veces es tan solo libertinaje y deshonestidad.

Seamos fieles representantes e hijos del Dios Altísimo. Honremos Su Nombre, amémonos unos a otros. Seamos temerosos y obedientes a sus preceptos y modelos. Respetemos nuestros jefes. No nos detengamos a ver cómo actúan. Esa es la cabeza que Dios ha puesto por encima de la nuestra.

Que no es lo que esperábamos; que es muy complicado, muy difícil? Te recuerdo que si Dios va junto a nosotros, tendremos la sabiduría necesaria para actuar y salir victoriosos… porque la obediencia nos guiará por el camino adecuado. Todo lo podemos con Cristo, quien nos fortalece! (Filipenses 4.13)

Aunque parezca difícil entender, someternos a la voluntad del Padre -siempre será de bendición para nuestras vidas! No importa cuántos enojos haya que pasar, cuántas lágrimas injustas haya que derramar; si delante de Dios somos aprobados, la victoria es nuestra. Dios seguirá peleando por nosotros!

Para finalizar te digo: Si a ser parte del cuerpo de Cristo has sido llamado….Se grandemente bienvenido al grupo de aquellos que, a pesar de ser calumniados, injuriados y maltratados, no se rinden y son capaces de permanecer firmes, por amor a aquel que nos llamó…Jehová, el Grande y Poderoso!

Nada de lo que podamos padecer se comparará con el precio tan caro, pagado por Jesucristo, para nuestra libertad real y, por consiguiente, por la salvación de nuestras almas.

Agrademos a nuestro Señor en todo, y mas aún sometiéndonos a aquellos que Dios ha puesto como “cabeza” por encima de nosotros!

La recompensa viene de lo Alto. Nunca lo dudes!

Dios te bendiga!
Escrito por Wilda Messina V. 12 agosto 2013

16/9/25... Por El Bien De Otros

Filipenses 2.3-4 “ Nada  hagan  por contienda  o  vanagloria; antes bien  con  humildad ,  estimando,  cada  uno a  los demás,  como superio...