Isaías
66.13 “Como aquel a quien consuela su madre, así
los consolaré Yo a ustedes, y en Jerusalén tomarán consuelo”.
Amén.
En
tiempos de aflicción, muchos acuden a Dios como su último recurso. Las relaciones, las posesiones, comidas, el trabajo, la tecnología,
entre otras cosas, son maneras de escapar de Dios, porque seducen
con la falsa promesa de hacer sentir mejor.
Sea que
nos deleitemos con esas cosas mencionados o no, siempre terminaremos
vacíos y agotados, sin que el problema mengue o desaparezca.
Buscar a
Dios, en vez de las distracciones, requiere
estar conscientes de la necesidad espiritual; es buscar soluciones
celestiales, en lugar de los placeres y entretenimientos del mundo.
Dios desea
recordarnos hoy que Él nunca comienza algo que no vaya a terminar. Dios no abandona a su gente ni a Sus propósitos.
Y sabe
rescatar, de maneras abundantes y diversas.
La
invitación es a acudir a Él con plena confianza de que, tomados de
Sus manos, seremos salvados, reconfortados y espiritualmente sanados.
Ese Dios
que comienza en nosotros la buena obra, la perfecciona hasta el fin. (Filipenses
1.6). Las distracciones solo ofrecen alivio temporal; en cambio, nuestro
Padre celestial promete sanidad plena.
Feliz domingo.
¡Y que Dios bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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