Salmos
145.1-3 “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y
bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te
bendeciré; alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande
es Jehová; digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable”.
Amén.
Cuando
llegan las adversidades, tengan presente desviar su atención del problema, y
ponerla en el Dios Todopoderoso.
Puesto
que nadie se escapa de los problemas y situaciones, nos vemos enfrentando
circunstancias que desafían nuestra paz. La alegría se desvanece, y la esperanza
se ve inalcanzable. Cuando la vida se desploma, ¿qué hacen ustedes?
Consideremos
la experiencia del rey David. Sufrió
dificultades extremas, incluyendo el profundo dolor de perder a un hijo
y a su mejor amigo.
Por otro
lado, el rey Saúl lo persiguió deseando quitarle la vida. Su propio
hijo, lideró una rebelión contra él. Esas son solo algunas de las muchas
dificultades que enfrentó. Pero David encontró esperanza y paz en Dios.
¿Cómo
alimentaba David su alma? Él centraba su mente
y espíritu en la naturaleza, caminos y voluntad de Dios. ¡Qué bueno
sería seguir el ejemplo de David!
Al
reflexionar en los atributos y caminos del Señor, David
encontraba consuelo en medio de la turbulencia. ¡Te invito a meditar en
ese modelo!
Feliz
día. ¡Y que Dios bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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