Romanos 3.24-25 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia,…”. Amén.
Si Dios es amor, ¿por qué permitir que su Hijo sufriera tanto? Desde la perspectiva humana, se ve mal. Pero, al mirar más allá de lo obvio, vemos una demostración maravillosa de amor.
Primero entendamos que Dios es justo y misericordioso, y que nunca actúa en contra de su naturaleza y Palabra. Por otro lado, toda la humanidad es pecadora. Y tercero, la justicia de Dios requiere pagar el precio por el pecado.
Antes de la fundación del mundo, Dios ya tenía el plan, porque conocía la orientación del corazón humano. Y llegado el momento, su Hijo -único sin pecado- se encarnó, para llevar nuestros pecados sobre sus hombros, en un método totalmente horrible, la cruz.
Todas nuestras culpas recayeron sobre Él. Y ese pago, sí que satisfizo la justicia divina, por lo que todo pecador pudo ser declarado justo. La misericordia grande del Señor nos rescató a todos.
Sin importar quién seas o lo que hayas hecho, si aceptas el sacrificio de Cristo, serás salvo de condenación eterna. Solo el Hijo de Dios pudo calificar para dar su vida en tu lugar.
Evangelista
Wilda Messina
Feliz
día. ¡Que Dios te bendiga!
(Referencia:En.Contacto)
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