Marcos 9.21 y 23 “Jesús preguntó al padre (de un joven endemoniado): ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. Amén.
La confianza en Dios es fundamental para los cristianos. Las consecuencias de una fe vacilante pueden llegar muy lejos.
A veces, después de orar por dirección, pudiéramos recibir una respuesta para pensar. Y, en lugar de obedecer y pedirle a Dios que fortalezca la fe y nos aclare, optamos por posponer o poner en juego nuestra obediencia.
Pero, que no se nos olvide, que la obediencia parcial es desobediencia, y cuando nuestra fe flaquea, podemos tomar decisiones equivocadas que resultarían muy costosas.
Un ejemplo: los israelitas vagaron 40 años por el desierto. La nación permitió que la incredulidad se apoderara de su fe. Y su confianza vacilante les hizo perder las bendiciones que Dios tenía planeadas en Su tiempo.
Quien está espiritualmente inestable, está poco dispuesto a obedecer a Dios. En vez de actuar con certeza, cuestiona y duda lo que sugiere el Señor.
El gozo disminuye, porque su fe indecisa le ha alejado de la voluntad de Dios. La paz interior, que alguna vez disfrutó, se evapora cuando la fe se debilita.
Si creer en Dios te resulta difícil, pídele a Él mismo la ayuda que hoy necesites.
Feliz
día. ¡Dios te ilumine y te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:En.Contacto)
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