Colosenses 4.2 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”. Amén.
Con la oración como prioridad, vivirás con paz y propósito. O ¿no has visto lo que sucede si permites que tu vida de oración quede en el olvido?
Cuando
renuncias a tu tiempo a solas con el Padre celestial, comienzas
a sentir un inmenso vacío, acompañado de una sensación de inquietud angustiosa.
Decisiones erráticas, y probable futuro incierto.
El peso de las cargas solo se quita depositándolo en las poderosas mano de Dios. Si pensaras en eso, ¿por qué querrías dejar de orar? La triste verdad es que muchos, escudándose en un tiempo muy ajetreado, se echan el lazo a su cuello, apartándose del Padre.
Continuar
así, te hace vulnerable a las tentaciones y maquinaciones
malvadas de Satanás. Mucho cuidado
con esa falta de discernimiento.
Vuelve a darle prioridad a la comunión con el Padre celestial. O te será difícil obedecer su voluntad, así como el seguir por un buen camino.
Confiésale
hoy al Señor tu falta; ¡puedes
alcanzar Su misericordia!
Te exhorto
a renovar tu vida de oración, o serás presa apetecible
para el enemigo de tu alma: Satanás.
¡Que
Dios te abra el entendimiento, y te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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