Colosenses 3.13 “De modo que se toleren unos a otros, y se perdonen, si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. Amén.
Miremos la siguiente escena: Estás en una situación difícil, y todos tus amigos se han alejado. Tu aflicción es peor, pues ahora te encuentras sufriendo en soledad.
¿Por qué te abandonaron? Se habrán ido de tu lado, porque no supieron cómo ayudarte, se molestaron contigo, o no pudieron soportar ver tu sufrimiento.
¿Qué hacer con esas personas? Solo hay una respuesta bíblica apropiada: perdonarlos. Como personas perdonadas por Dios, nunca tenemos el derecho de negar el perdón a los demás. Independientemente a que perdonar no requiere permanecer en una situación abusiva.
El apóstol Pablo es un buen ejemplo para seguir. Después de estar solo durante su encarcelamiento en Roma, escribió: No les sea tomado en cuenta (2Tim.4.16).
Quizá Pablo recordó que Esteban, mientras era apedreado, clamó: ¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! (Hch.7.60). Pero es probable que Pablo tuviera en mente un acto de perdón aún mayor: la muerte de Cristo y su actitud hacia quienes lo crucificaron. Jesucristo oró: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc.23.34).
Ya que Dios nos perdona sin reservas, nosotros también debemos estar dispuestos a perdonar.
Feliz
día. ¡Que el Señor te ayude a perdonar, y que te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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