Isaías 49.14, 16-18 ”Sion dijo: Me dejó Jehová, y se olvidó de mí. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida (dijo Jehová); delante de mí están siempre tus muros. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia”. Amén.
Dios nunca se ha olvidado de ti. Tampoco ignora tus peticiones, ni te ha abandonado a tu suerte. ¡Eres muy importante para Él!
Pudiera ser que, al pasar por situaciones difíciles, creas que estás echando el pleito tú solo. Así también lo pensó el pueblo de Israel, cuando Jerusalén fue destruida, y la mayoría de sus habitantes cautivos en Babilonia. Pero Dios ama a su pueblo con amor incondicional. Así como una madre a su bebé.
Dios aseguró a Su pueblo tenerlos inscritos en las palmas de Sus manos. ¿Te suena familiar esa imagen? Siglos más tarde, a Jesucristo, le fueron perforadas sus manos con clavos.
Con
esas perforaciones, pudiéramos decir que quedamos esculpidos
tú y yo.
Quien recibe a Jesús como su Salvador, está reflejado o grabado en sus manos. Lo que le hace hijo de Dios, e imposible de estar fuera de Sus pensamientos.
Feliz día. Que nunca te borres de las manos de Jesús.
Y ¡Que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
No hay comentarios:
Publicar un comentario