Efesios 4.31-32 “Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia, y malicias. Antes, sean benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios también nos perdonó en Cristo”. Amén.
Dios
ofrece dirección sabia para relacionarnos con los demás.
Las palabras de Efesios son una invitación a ser benignos, mansos, humildes y
misericordiosos unos con otros. A que nos perdonemos, como Dios
también nos perdonó en Cristo.
La
compasión o misericordia debe ser base de nuestras acciones.
Es que seamos empáticos. Que comprendamos la alegría y penas de otros. Que
creemos espacios para el amor y para sanar heridas.
Es
que, por nada guardemos rencores, esto solo nos agobia y roba la libertad.
Seguir el ejemplo del Señor, rompe cadenas de amargura e interioriza el
poder liberador del amor.
En
el día a día, encontramos múltiples oportunidades para demostrar amor.
Una sonrisa, un oído atento, una amable palabra de aliento, etc. Son actos
sencillos que pueden transformar los corazones.
Estamos
llamados a amar a los demás, como Dios nos ama a nosotros.
Dejemos hoy que sea esa la luz que nos guíe.
Feliz día. ¡Que Dios bendiga, y te dirija!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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