Proverbios 3.5-8 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio a tus huesos”. Amén.
Nada
más placentero en la vida que confiar por completo en Dios,
y vivir rendidos a su voluntad.
Dios
nos creó siendo importantes, y para
encontrar la realización de esa importancia se debe estar claros que es por
medio de Su Hijo.
Confiar
en Dios significa darle el control de todo: La
familia, la salud, el dinero, las emociones, los pensamientos, los planes, etc.
¡De todo!
Es
no ser sabios a nuestros propios ojos, ni que nos apoyemos en nuestro
propio entendimiento.
El
Señor sabe todo de nosotros. Él lee nuestro corazón y percibe
cada pensamiento (1 Crón. 28.9). Nada escapa a su atención. Por eso,
solo el Señor puede saber con certeza cuál decisión será la mejor.
Quienes
somos hijos de Dios (lavados por la Sangre de Cristo), debemos
parecernos a Él, en pensamientos, actitudes y acciones.
La
vida sí que es bien fructífera, cuando nos rendimos totalmente a Dios.
Feliz día. ¡Que Dios bendiga, y dirija!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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