Salmos 17.3-6 “Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; he resuelto que mi boca no haga transgresión. En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos. Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen. Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios…”. Amén.
Hay
momentos en los que, pese a un corazón recto, y hacer peticiones
alineadas con la voluntad del Señor, Él permanece en silencio.
Dios
puede estar esperando que nuestro anhelo por Él no sea sustituido
por deseos, ni desvíen la atención. Otras veces, pudiera usar demoras
para prepararnos para una mayor bendición futura.
Quizás
para protegernos de malas consecuencias o, sencillamente,
para fortalecer nuestra confianza.
La
fe firme significa creerle a Dios, incluso en
las no respuestas esperadas del momento. Es perseverar mientras esperamos,
teniendo la confianza de que Él siempre cumple.
Pero
tomemos en cuenta que todo pecado no confesado obstaculiza nuestras
oraciones. Por tanto, si una respuesta parece estar “en espera”, es de sabios
examinarse.
Dios
promete perdonarnos si reconocemos nuestro pecado y nos apartamos de él.
Eso elimina cualquier “obstáculo” entre nosotros y nuestro Padre
celestial.
Si
sientes que el pecado está obstaculizando tus oraciones, recuerda que
Dios es misericordioso y perdonador.
Feliz día. ¡Que Dios te bendiga, y te dirija!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario