Hebreos 10:25 “No dejando de congregarnos, como algunos tienen de costumbre, sino exhortándonos, y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca”. Amén.
El apóstol Pablo escribió a Timoteo: Demas (quien era su compañero y colaborador) me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido (2Tim.4.10).
¡Cuan triste debió de haberse sentido Pablo con la acción de Demas! Esto nos enseña que nos duele que nuestros hermanos se dejen fascinar del mundo y su vanidad.
No
nos descalifiquemos para la entrada a la Gran Ciudad Celestial. Si
ya hemos comenzado a disfrutar las mieles del Padre, pidámosle que nos ayude
en nuestras debilidades, que nos de autocontrol espiritual, a que nos
neguemos a nosotros, por amor a Cristo. Y no a la inversa.
No agarres tu mochila para irte lejos, porque de Dios y tus consecuencias, no te escapas.
Recuerda que tenemos un sumo sacerdote, que se compadece de nuestras debilidades, que fue tentado en todo, pero sin pecado. A Ése, acerquémonos confiadamente a Su Trono de Gracia, para alcanzar misericordia y gracia para el oportuno socorro nuestro.
Feliz día. 
¡Que Dios te abra tus ojos, y te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
