Filipenses 3.8 "Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo". Amén.
El apóstol Pablo sí que supo cómo manejar
situaciones difíciles. Aún en la cárcel, mantuvo sus ojos en Cristo, celebrando
la obra del Señor en su vida. La epístola que escribió, desde la cárcel, a
los filipenses estaba llena de regocijo y alabanza (Fil.1.18; 2.18; 3.1).
Enfocarse en Cristo no es fácil, puesto que la gente se obsesiona con
las circunstancias, buscando las soluciones, y quejándose de dolores y
dificultades.
Ni temor ni derrota pueden vivir mucho tiempo en un
corazón confiado en el Señor. Y no es olvidar lo que acontece, es que podemos elegir enfocarnos
en la provisión y cuidado de Dios, como Libertador (2Cor.1.10), Sanador
(Jer.17.14) y Guía (Sal.23.3). 
El creyente que hace suyas las promesas divinas descubre
que Dios aleja toda emoción negativa, reemplazándola con esperanza, confianza y
gozo. 
Y no es que estemos felices en situaciones
difíciles, es que nos sentiremos tranquilos de que Dios esté en control.
Enfoquémonos en Cristo y no en las circunstancias. Dios nos consolará y ayudará en medio de las
pruebas. Es asunto de: “regocijarnos en el Señor siempre” (Fil.4.4).
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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