Daniel 1.5-6, 8 "Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de su comida, y del vino que bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre estos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá. Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse…". Amén.
¿Qué les parece el hábito cotidiano de pasar tiempo
con Dios y Su Palabra? A fin de estar preparados para afrontar los retos de la vida.
La historia de Daniel muestra elementos clave de
obediencia. Él sabía que la ley de Dios tenía restricciones sobre comidas
ofrecidas a ídolos, y ahora estaba en tierra extranjera que no
consideraba esas limitaciones.
Cuando el rey Nabucodonosor ordenó la comida de
Daniel, surgió un gran dilema: ¿Obedecer al Señor y arriesgarse a enfadar al
rey, o desobedecer a Dios y complacer al gobernante?
El problema era la lealtad a Dios. Daniel pudo haberse justificado de que era
un servidor, y que no tenía opción. Pero decidió no comer la comida del rey,
buscando una solución que honrara al Señor.
Muchas cosas que el mundo considera aceptables
están fuera de la voluntad de Dios. Los deseos, para nosotros
como cristianos, es obedecer al Señor, independientemente de que nuestra
condición carnal quiera placer.
Obedecer al Padre celestial es siempre la decisión
correcta.
Seamos como Daniel, apliquemos las Sagradas Escrituras a las
decisiones que tomemos. Tendremos la valentía para obedecer los mandatos
de Dios.
Feliz día. ¡Que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario