Génesis 16.2 “Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai”. Amén.
Te invito a leer Génesis 16.
El patriarca Abraham fue alguien
de quien podemos aprender mucho. Llegó a comprender lo importante que es confiar en Dios, y
lo costosa de la impaciencia.
Él aprendió que manipular las
circunstancias trae dolor al corazón. Cuando él y su esposa trataron de ayudar a
Dios, el resultado fue desastroso. 
También hubo consecuencia a
largo plazo: un
sangriento conflicto que todavía hoy hace estragos entre descendientes de
Ismael, el hijo de Agar, e Isaac, el hijo de Sara.
El Señor prometió a Abraham y
Sara un hijo, pero entendieron
que el cumplimiento de la promesa era hasta que la maternidad fuera humanamente
imposible. Cuando Isaac fue concebido y nació, toda la gloria fue para Dios.
¿Han considerado que las demoras
en su vida pueden glorificar a Dios? ¿O están tratando de ayudarlo para
conseguir más rápido lo que quieren? 
Esperar es difícil, pero es la única
manera de aprender paciencia. Cuando experimenten demoras, úsenlas como oportunidad
para aumentar su esperanza en Dios, y su confianza en su sabiduría y
plan perfecto.
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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