Zacarías 13:8-9 “Las dos terceras partes del país serán abatidas y perecerán; sólo una tercera parte quedará con vida, afirma el Señor. Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro. Entonces, ellos me invocarán y yo les responderé. Yo diré: "Ellos son mi pueblo", y ellos dirán: "El Señor es nuestro Dios". Amén.
El pequeño remanente de Israel
que seguía confiando en Dios y le seguía, era refinado mediante fuego.
¿Por qué Dios prueba? Veamos el siguiente relato: “En los
caballos hay una raza que se llama “paso fino”. Son elegantes y de
artístico andar. Estos, deben ser domados, para quebrar su voluntad
y lograr lo que se llama “obediencia instantánea”.
Se genera en el caballo una
obediencia tal, que con una señal hace lo que le dicen.
Este proceso puede durar años. Si se intenta montar un caballo no
domado, lanzará al jinete, y saldrá desbocado e incontrolable.
Comparando este ejemplo,
Dios desea hacer con nosotros algo parecido. Nos pasa por el proceso
de domarnos, llamado: “fuego de prueba”.
Dios permite que la vida
sea sometida a prueba, para:
1. Qué Su Nombre no
sea pisoteado. Puedes leerlo en Isaías 48:10-11.
2. Perfeccionarnos:
Léelo en 1 Pedro 5:10.
3. Probar nuestra Fe:
Búscalo en 1 Pedro 1:7.
Si Jesucristo, hombre y Dios, como lo dice Filipenses 2:6-8, fue pasado por el fuego de pruebas,
en todo sentido de la palabra (dinero, fama, placeres, orgullo, vanagloria,
etc…), imagínense nosotros.
Salmos 119.71 nos dice: "Bueno me es haber sido humillado, para aprender tus estatutos".
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:TPSH160118)
No hay comentarios:
Publicar un comentario