Salmos 71.20-22 “Tú, que me has hecho
ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me
levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, y volverás
a consolarme. Asimismo, yo te alabaré con instrumento de salterio, oh,
Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, oh, Santo de Israel”. Amén.
Veamos: La actitud del anciano que conoció la
fidelidad de Dios. Luego
de reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro, el rey David, reconfirmó
que hay que alabar a Dios.
Qué les parece si enfrentamos nuestro
presente con gratitud y alabanza, reconociendo que Dios es justo y fiel,
en toda circunstancia.
La infinita grandeza del Señor es
inescrutable.
Es fuerte para herir, pero también para salvar. Ante pruebas duras y
severas, también nos sabe mostrar sus misericordias.
Aunque estemos casi muertos y enterrados, él
nos hace resurgir, y nos levanta. Por bajo que el Señor permita que nos
hundamos, pone límites a nuestro descenso y, a su debido tiempo, nos
levanta de nuevo.
Cualquier otro dios fallaría, pero no Jehová
el Omnipotente.
El da apoyo seguro, pues es quien sostiene los pilares de Cielo y tierra.
Definitivamente, Salmos 71 ofrece perspectivas
claras sobre la vejez, y cómo enfrentarla con fe. Es para aprender a confiar
en Dios en medio de los desafíos de la vejez, para recordar Su fidelidad del
pasado, para mirar hacia el futuro con esperanza, y para alabarle en el
presente.
Regocijémonos al contemplar las profundidades
de la misericordia del Señor. ¡Oh, Dios, ¡quién como tú!
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
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