1 Corintios 13.12-13 “Ahora vemos por
espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte;
pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la
esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. Amén.
El amor es un
sentimiento poderoso, que puede motivarnos a
mayor generosidad y a cuidar de otros con más amor. Amar a alguien es algo
que experimentamos con todo nuestro ser, a menudo de maneras que desafían
explicaciones sencillas. Pero ¿cómo es posible saber si amamos a Dios, a
quien no podemos ver, oír ni tocar?
El amor de Cristo por el
Padre se demostró por medio de la obediencia. Desde el momento en que dejó el cielo para nacer en Belén, hasta su
ascensión, todo lo hizo de acuerdo con la voluntad del Padre celestial.
Su relación era tan
íntima con el Señor, no solo sabía lo que su
Padre deseaba, sino que también se deleitaba en obedecerlo. En Juan 6.38,
Jesús dijo: he
descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió.
Si queremos crecer en
nuestro amor por el Señor: acerquémonos a Él, estudiemos su Palabra y pasemos
tiempo en oración, escuchando su voz. Luego: a poner en práctica lo
aprendido.
Dios derrama su amor
ilimitado sobre todos, solo necesitamos estar
dispuestos a recibirlo. Es que el amor de Dios está arraigado en quién es
Él, y no en quiénes somos nosotros.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia: En.Contacto)
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