Salmos 71.5-6. “Porque tú, oh, Señor Jehová, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud. En ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza”. Amén.
Veamos el segundo enfoque sobre perspectiva
del pasado desde la mirada de un anciano piadoso:
Cuando se conoce a Dios desde la juventud, toca reflexionar sobre lo vivido, y reconocer la presencia, fidelidad y bendición divina durante todo el camino.
Cuando se ha sido testigo de los cuidados de
Dios, debemos animarnos a recordar su bondad y fidelidad, desde los
primeros días hasta el tiempo presente.
Jehová Dios, la esperanza de Israel (terrenal y
espiritual) (Jer.17:13); nunca será una esperanza falsa ni fallida. En
Él, nuestra confianza está bien justificada.
David, siendo joven, demostró, su fe con
hazañas notables.
Estuvo convencido de que el Dios de su juventud no lo abandonaría en su
vejez. Cuán favorecidos son, quienes, como David, pueden decir: Eres mi
confianza desde mi juventud.
Dios nos conoce antes que nosotros a Él. David reconoció
haber sido sustentado desde el vientre de su madre. Antes de
la vida consciente, el cuidado de Dios es una realidad. Y aquel que nace de
mujer tiene igual motivo de agradecer.
Cuando la bondad ha sido recibida
incesantemente, la alabanza debe ser ofrecida de igual manera -incesantemente.
Continuaremos…
Feliz día. ¡Dios te siga
bendiciendo!
Evangelista Wilda
Messina
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