1 Pedro 2.21-23 “Para esto fueron llamados. También Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas; Él no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, Él encomendaba la causa al que juzga justamente”. Amén.
Bien sabemos -y se dice con frecuencia- que nuestros
hijos aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Para guiar bien
a quienes están a nuestro cuidado, se requieren dos cosas: enseñanza y actitud
correctas.
Los principios claros son vitales, pero
la actitud con la que se abordan es punto clave. Y el mejor ejemplo
de actitud correcta lo da Jesucristo.
Todo aquel comprometido a liderar bien, modela
el amor y el sacrificio de Jesucristo.
Así como para nuestros hijos es importante que
nos vean:
pasar tiempo con Dios, leer la Biblia, ser generosos, y que
le demostramos amor a los demás; seamos más que intencionales con los
adultos a nuestro cuidado.
Los niños aprenden a andar con Dios cuando
nos ven
hacerlo. Que también nuestro ejemplo, con las demás personas, les haga sentir
confianza en los caminos de Dios.
Recuerden que Cristo es el modelo perfecto para imitar, y muy especialmente
al compartir las Buenas Nuevas de Salvación, el Evangelio de Dios.
Si quieres liderar bien un equipo, sigue el
ejemplo de Cristo.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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