Hechos 20.35-37 En todo he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados. Recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban”. Amén.
En Hechos 20.17-38,
Pablo se reunió con los ancianos de la iglesia, y, creyendo ellos que su
próxima reunión sería en la eternidad, el encuentro terminó con una oración
sincera, lágrimas, abrazos, y la última recomendación de Pablo: Ayudar a
los necesitados, porque más bienaventurado es dar que recibir. ¿Has
puesto a prueba esas palabras?
Dar puede parecer
arriesgado, pero Cristo nos aseguró que no lo es. Es más, una de las razones por las que somos bendecidos con abundancia
es para que podamos bendecir a otros (2Cor.9.8-11).
Dar fue siempre parte
del propósito divino de Dios. Significa que ya tenemos lo que necesitamos. Al
hacerlo, en realidad estamos siguiendo el ejemplo de Cristo: Recibimos su
generosidad, y debemos dejar que fluya a través de nosotros.
¿Qué puedes compartir
con alguien hoy? Buenas obras (1Tim.6.18), Consolación
(2Cor.1.3-4). Recursos (Efes.4.28). Paciencia (Stgo.1.19)?
No eres tan pobre que no tengas nada que dar. ¡Siempre recuerda eso!
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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