JUEVES 19/09/2024
SALMOS 62.1-2 “En Dios solamente está acallada mi alma; de Él viene mi salvación. Él solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio…”. Amén.
¿Qué sientes cuando cargas un objeto pesado hasta que los brazos te comienzan a doler? Y qué, cuando ¡por fin puedes soltarlo, y viene ese alivio! Algo parecido se siente en nuestro espíritu cuando entregamos nuestras cargas al Señor.
David comprendió muy bien esa clase de alivio, ya que ante la persecución de sus enemigos, se veía obligado a esconderse para salvar su vida. Su carga era evidente, el grito angustiado fue: ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? (Salmos 13.1).
Pero ante la larga temporada de dificultades, David experimentó la fidelidad y consolación de Dios. Es que Dios es fiel, y sabe liberarnos del peso de las preocupaciones.
Aferrémonos a la perspectiva de que Dios está obrando. Además, mantengamos la mirada fija en la solución, NO en los problemas.
Mientras le dejes tus cargas a Dios, asegúrate de hablar con Él en oración, y esperar con esperanza. Ten siempre presente que Él es tu roca y salvación. Y eso, ¡sí que trae verdadero alivio!
Feliz día, y que Dios te bendiga.
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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