Sábado 17/08/2024
LUCAS 7.4-6 “Y ellos (unos ancianos judíos) vinieron a Jesús y le rogaron, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. Y Jesús fue con ellos. Pero no lejos de la casa, el centurión envió unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo”. Amén.
La sanidad del siervo (criado, o subordinado) de un centurión en Capernaum, puede que ya la conozcas; sea por Lucas 7.1-10 o por Mateo 8:5-13. Veamos que nos enseña hoy…
Un centurión, que había oído hablar de Jesús, decide pedirle ayuda para que su siervo moribundo fuera sanado.
**¿Y tú, has oído hablar de Jesús? El que en la cruz del calvario dio toda su sangre por ti? Estás consciente de que si le pides ayuda, Él puede hacer que ocurra el milagro esperado hace tanto?
Este centurión no se sentía digno de que Jesús entrara en su casa, y se valió de unos ancianos judíos, para que le rogaran sanar a su siervo.
**Eres de los que, por ser tan supuestamente bueno, entiendes que mereces que Jesús venga a tu casa, esté a tu lado, y responda todas tus peticiones? ¡Mi consejo es que te humilles!
Los ancianos comentaron a Jesús que este personaje era
merecedor del milagro, pues su jefe amaba a la nación, inclusive les había
edificado una sinagoga. ¿Realmente se lo merecía?
**¿Te sientes tú merecedor de que Jesús obre en tu vida, porque haces muchas obras? El cielo no se gana con obras, a menos que sean hechas en Dios, y para el Reino de Dios.
Continuaremos…
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
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