07.05.2024
Santiago 1.23-25 ” El que oye la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira en un espejo: se ve a sí mismo, pero en cuanto se va, se olvida de cómo es. En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta sólo con oírla y olvidarla, sino que la ejecuta, será dichoso en todo lo que haga”. Amén.
El Salar de Uyuni, es un desierto de sal en Bolivia. Durante la temporada de lluvia, se convierte en el espejo más grande del mundo. Se puede ver desde el espacio. Este lugar recrea imágenes sorprendentes. Aunque los espejos de agua no reflejan una imagen perfecta. Un espejo real si permite ver con gran precisión.
Para vernos como Dios nos ve necesitamos la “ley perfecta” -la Palabra de Dios-. Nuestro reflejo en la Biblia sí que es perfecto.
El conocimiento que obtenemos de Ella nos puede preparar para vivir con mayor fidelidad.
Así como un espejo real nos muestra casi todo de nosotros, el espejo de la Palabra, además nos recuerda cómo debemos vernos ante Dios. Dejemos que la Biblia sea nuestro mejor espejo, y nos enseñe a vivir como Dios lo espera.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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