15.05.2024
PROVERBIOS 16.21-24 “Al de corazón sabio se le llama prudente; los labios amables aumentan el saber. Tener cordura es tener la fuente de la vida; a los necios los castiga su propia necedad. El sabio de corazón habla con prudencia, y a sus labios añade sabiduría. Las palabras amables son un panal de miel; endulzan el alma y sanan el cuerpo”. Amén.
¿bendicen tus palabras a quienes te ESCUCHAn HABLAR?
Nuestras palabras podemos usarlas de muchas maneras: para hablar con nuestros familiares, amigos y demás personas; con nuestro Padre celestial, para proclamar la verdad del Evangelio, cantarle al Señor, amar, estimular, aconsejar, enseñar … la lista es amplia.
También tienen el poder de causar dolor o hacer daño. Cuando dañamos, pudiera ser por enojo o por envidia. Las palabras duras pudieran, incluso, ser justificadas, pero no consiguen lo que Dios desea… pues maltratan vidas.
Como seguidores de Jesucristo, pronunciemos palabras con sabiduría, porque amar a nuestro prójimo es parte de nuestros mandatos bíblicos.
Recordemos que es de la abundancia del corazón que habla la boca (Lc.6.45). Por tanto, aunque de vez en cuando pueden surgir palabras negativas, hagamos una pausa y tomemos notas coladas por la Biblia.
Analicemos lo que, en el fondo, está causando las palabras duras y oremos para que el Señor ablande nuestro corazón y aumente la capacidad de ser amables con todos.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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