16.05.2024
JUAN 11.3-6 “Las hermanas mandaron a decir a Jesús: Señor, el que amas está enfermo. Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es de muerte, sino que es para la gloria de Dios y para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Y cuando Jesús se enteró de que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba”. Amén.
Vivimos en una sociedad donde todo capricho y deseo puede satisfacerse al instante. Por lo que, se necesita disciplina para no actuar según impulsos carnales. Para saber esperar el momento de Dios.
Pensemos en la paciencia y autocontrol que Cristo tuvo al usar su poder de acuerdo con la voluntad del Padre, mientras alguien que amaba moría.
Al enterarse Jesus de que Lázaro estaba enfermo, se tardó dos días para ir. ¿Por qué? Porque el plan de redención de Dios era mucho más grande que evitar la muerte. El plan era la resurrección.
Cuando vemos el sufrimiento y la muerte, puede ser fácil desanimarnos. Pero el ejemplo del Señor, al esperar el momento oportuno de su Padre para resucitar a Lázaro, nos invita a vivir con paciencia. No estamos solos. Cristo también lloró.
Si leen el capítulo 11, verán cómo termina la historia. ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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