11.04.24
2 Corintios 5.8-10 “Pero confiamos, y quisiéramos más bien ausentarnos del cuerpo y presentarnos ante el Señor. Pero ya sea que estemos ausentes o presentes, siempre procuramos agradar a Dios. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo bueno o malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo”. Amén.
Estando en Jesucristo, no hay nada que temer, ni ahora ni en el futuro.
Cuidarse para una mejor calidad de vida es bueno: Vitaminas, ejercicio, buena alimentación, etc. Sabemos que nuestro cuerpo es templo de Dios y debemos cuidarlo. El tema está en cuál es la motivación de tanto esmero por el cuerpo.
El Señor Jesús murió en nuestro lugar, y los que confiamos en Él como nuestro Salvador no necesitamos temer a la muerte. El apóstol Pablo nos aseguró que la muerte física es el modo de llevar a los creyentes al hogar celestial, para estar con el Señor para siempre.
Asegurémonos de que sea Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Después, llevemos una vida rendida a Él y a su voluntad.
Y como es un hecho inevitable que la vida en este mundo es temporal, pregúntate: ¿Cómo vivir para estar listo cuando Dios decida que me llegó el momento?
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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