10.04.24
Jueces 16.17 “Le descubrió, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y seré como todos los hombres”. Amén.
Si no te gustó el comienzo de la historia de tu vida; si aun la que estás viviendo no te gusta… pídele al Señor que te ayude a darle un glorioso final.
Hoy veamos alguito de la historia de Sansón, quien, como parte del voto que sus padres habían hecho al Señor, nunca se había cortado el cabello.
Cuando Dalila descubre el secreto de su fuerza, vende la información, y corta el cabello de Sansón para que los enemigos pudieran apresarlo.
Y Sansón, totalmente humillado, descubrió que su fuerza no provenía del cabello, sino de Dios. En los últimos momentos de su vida, Sansón cumplió la promesa que Dios había hecho a sus padres, derrotando a los filisteos, en su lugar de adoración idolátrica.
El acto final de Sansón es poderoso recordatorio: Mientras estemos vivos, podemos cumplir los propósitos que el Señor tiene para nosotros.
Si te sientes con desesperanza, o que has cometido demasiados errores para ser útil a Dios, piénsalo de nuevo. No importa quién seas o de dónde vengas, eres precioso a los ojos de Dios.
Te invito a leer la historia de Sansón, en Jueces, capítulos 13 al 16.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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