12.04.24
2 Timoteo 1.8-9, 13 ”Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, … participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús …. Retén la forma de las sanas palabras …, en la fe y amor que es en Cristo Jesús”. Amén.
¿De dónde viene la fe? Es un don (regalo) de Dios. Para Timoteo, su madre y abuela eran fuertes modelos de fe. Loida y Eunice fueron probablemente la razón por la que el joven ministro había conocido “los escritos sagrados”.
Pero ¿Qué hay con aquellos de nosotros sin un legado como el de Timoteo? Pablo también se refirió a eso, diciendo que Dios nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia en Cristo Jesús.
Al igual que Timoteo, aquellos de nosotros con padres consagrados, disfrutamos del fruto de su fidelidad. Pero si eres el primer creyente en tu familia, estás creando un legado de fidelidad para las generaciones futuras.
Pablo encargó a Timoteo, en 2 Timoteo 4.2 a predicar la palabra; a insistir a tiempo y fuera de tiempo; a redargüir, reprender, exhortar con paciencia y doctrina.
Al guardar y transmitir el tesoro de la Palabra, nuestros seres queridos, aprenderán a tener fe.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario