18.04.24
Lamentaciones 3.21-24 “En mi corazón recapacito, y eso me devuelve la esperanza. Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva! Por eso digo con toda el alma: ¡El Señor es mi herencia, y en Él confío! Amén.
Siempre deberíamos estar seguros del amor y la compasión inagotables del Señor por todos nosotros. Es asunto de buscarlo, creer en sus promesas y esperar paciente y confiadamente en Él.
Todo final da paso a un comienzo; es solo una cuestión de perspectiva. Y siempre es saludable reflexionar en lo ocurrido, a fin de darle paso a la nueva etapa con madurez, gratitud y esperanza.
En el pasaje de hoy, el profeta Jeremías, llora por la destrucción de Jerusalén y la desolación de su pueblo. Pero también expresa que su corazón recapacita, porque tiene esperanza, ya que las misericordias del Señor jamás terminan… ¡Porque grande es la fidelidad de Dios!
Nosotros, al igual que Jeremías, nos lamentamos al enfrentar desolación, incertidumbre y quebranto. Porque todo desafío abruma. Sin embargo, en medio del caos, la esperanza no puede estar perdida, sino firmemente arraigada en el Dios inmutable. Su misericordia nunca falla, y su compasión fluye sin cesar.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario