02.04.24
Salmos 42.5 y 11 “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. Amén.
Cada vez que haya desaliento en ti, los salmos te serán una excelente fuente de consuelo y aliento.
Para recibir ese consuelo es preciso...
1. MIRARNOS INTERNAMENTE. Ante de lidiar con cualquier depresión, necesitamos saber qué la está causando. Pidámosle al Señor que nos ayude a descubrirlo.
2. MIRAR HACIA ARRIBA. Levantemos nuestros ojos al Señor y pongamos la esperanza en Él. Aunque el desánimo puede llagarle a todos, no debe ser permanente.
3. MIRAR HACIA ATRÁS. Abatirnos nos hace olvidar las cosas buenas que Dios ha hecho con nosotros. Pero recordando el cuidado de Dios en el pasado, superaremos el desaliento presente.
4. MIRAR HACIA ADELANTE. Al recordar que los planes del Señor son buenos, esperaremos con fe lo que hará en el futuro. Su amorosa bondad nos sostendrá y brindará consuelo.
La clave para vencer el desánimo es fijar la atención en el Señor. Quien promete caminar junto a nosotros aun en medio del valle del dolor.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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