06.04.24
Salmos 44.8 “En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, para siempre alabaremos tu nombre”. Amén.
Dar gracias a Dios nos recuerda nuestra dependencia de Él. Que no tenemos el control, ni somos independientes. Es depender de Él en cada respiración y latido. Él es la fuente de todo, incluso de la vida misma.
Agradecer a Dios refuerza la fe. Nos lleva a recordar sus respuestas pasadas, así como su protección a nuestras oraciones. Cuando damos gracias a Dios y lo alabamos, es asombroso cómo crece nuestra fe.
Agradecer a Dios alivia cualquier preocupación. Alabar al Padre nos alivia las presiones de la vida y nos proporciona la paz que tanto necesitamos.
Quienes nos ven y escuchan dar gracias a Dios también son bendecidos. Cuando alguien te oye alabar a Dios, escucha lo que Dios ha estado haciendo en tu vida. Pero, lo más importante es que ser agradecidos le agrada a Dios.
Nuestra gratitud nos bendice a nosotros y Dios es magnificado. Vamos a unir nuestras voces y a decir: En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre alabaremos su nombre.
Que alabar a Dios sea un gran placer para ti, y te haga sentir lleno de esperanza y humildad.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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