08.03.2024
Juan 4.10, 13, 14 “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás…”. Amén.
Quienes tenemos un verdadero encuentro personal con Cristo, cambiamos nuestra manera de vivir.
Antes de la Salvación (sin Cristo), todos estamos espiritualmente muertos (Efesios 2.12). Pero, al depositar nuestra fe en Él, nos convertimos en nuevas criaturas (2 Corintios 5.17).
Esto, se puede apreciar en la vida de la mujer samaritana junto al pozo. Antes de Jesús llegar, la vida de ella era difícil. Era muy mal vista en la comunidad, como se refleja en que fuera a sacar agua en la hora más calurosa del día (hora 6ta. = las 12…vs.6).
Imaginémosla tratando de no llamar la atención. Pero ella y el Señor Jesús se encontraron, y todo cambió (lee la historia tú mismo).
Después de conocer el agua viva que ofreció Cristo, ya no huía de los demás. Al contrario, se dirigió a muchos para compartir la asombrosa noticia.
La Salvación le llegó en el momento en que menos esperaba, lo mismo puede suceder con quienes aún no tienen a Cristo como Salvador hoy.
¡Es hora de tener un maravilloso encuentro y transformación en Cristo! ¡Decídete!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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