22.03.2024
Juan 4.7, 10 “Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber. Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. Amén.
No es un secreto que todos, en algún momento -o en este- sentimos algún vacío; un anhelo por algo o alguien. Sin darnos cuenta de que ese vacío solo lo llena Dios.
Veamos 2 puntos importantes sobre la mujer samaritana:
1. Llenar nuestro vacío es importante para Dios. Aunque los judíos no pasaban por Samaria, Jesús decidió ir hasta allá porque sabía que una samaritana estaba dispuesta a escucharle.
2. Los intentos de encontrar felicidad -a menudo- nos dejan sin esperanza. Ella había tenido cinco maridos más 1, todos fallidos. Y cada vez se sentía más sola.
Quiero recordarte que Dios conoce tus aflicciones. Cuando ella admitió no tener esposo, Jesús le demostró conocer su dolor y su deseo.
El Señor Jesucristo sabe y puede satisfacer tus anhelos. Una vez que ella entendió lo que le faltaba, Cristo le reveló cómo vivir plena: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás” (vss.13-14).
¿Alguna vez te has sentido como la samaritana, insatisfecho y sediento de amor? Ríndete a Dios y deja que su amor fluya en ti.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:
En.Contacto)
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