11/01/2024
Efesios 1.3-5 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. En Él, Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables. Por amor nos predestinó para que por medio de Jesucristo fuéramos adoptados como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad”. Amén.
Cuán hermoso es saber que Dios ofrece bendiciones maravillosas a cada uno de sus hijos.
Imagina a una pareja de ancianos que vive en una finca en ruinas. Ni siquiera tienen suficiente dinero para mantener la calefacción encendida en invierno.
Poco después de que ambos murieron, se descubrió un depósito de petróleo bajo la granja. Todos sus años de pobreza fueron vividos sobre una riqueza sin explotar.
Así hay cristianos, que pasan por la vida como esa pareja de ancianos, conociendo solo lo esencial del cristianismo: Dios me salvó, e iré al cielo.
Estos, no aprovechan la reserva de abundante gracia del Padre celestial, que está disponible cada día. NO hay razón para esperar llegar al cielo para disfrutar de las riquezas que Él ya nos está ofreciendo.
Recordemos que la verdadera riqueza es esa abundante gracia del Señor. En Cristo hemos sido recibidos en justicia, el perdón de pecados, la adopción como hijo de Dios, el poder del Espíritu Santo, una paz que va más allá de todo entendimiento y una herencia eterna.
No esperes hasta llegar al cielo; aprovecha las bendiciones divinas todos los días.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:En.Contacto)
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