04/01/2024
Romanos 4.18-20 “Contra toda esperanza, Abrahán creyó para llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Además, su fe no flaqueó al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (pues ya tenía casi 100 años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe y dio gloria a Dios”. Amén.
Hay que confiar en el Señor, y Dios no espera que tengamos fe grande al instante.
El Señor Jesús fue hacia las personas: a Tomás, para quien la fe dependía de ver las marcas de los clavos en las manos, hasta al centurión, que creía que su criado podía ser curado solo con la palabra del Cristo (Juan 20.24-27).
Luego está Pedro, quien confió en el Señor para salir de la barca, y se amedrentó porque las olas eran fuertes como para continuar (Mateo 14.28-31). En cada ocasión, el Señor mostró gracia y comprensión.
Aunque la fe no es por progresión lineal, a medidas que nos convencemos de que Dios es digno de confianza, nuestra fe crece. Y aprendemos a enfocarnos más en Dios que en nuestras circunstancias.
¿Estás listo para dejar crecer tu fe en este nuevo año? Pasa tiempo con Dios. Pídele que te ayude a tener confianza. Pedro tuvo miedo, pero Jesús le extendió la mano y lo agarró; también hará lo mismo por ti.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia:En.Contacto)
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