1 Juan 5.11-12 “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Amén.
Resulta que vamos avanzando seguros como hijos de Dios, cuando, de repente, cometemos algún pecado y nuestros sentimientos toman el control.
Satanás usa el remordimiento y las emociones para socavar nuestra seguridad. Es bien sabido que tenemos a ese enemigo que quiere derribar nuestra confianza en la salvación.
Entonces, viene la duda: ¿Seré realmente salvo? Si lo fuera, no haría algo así. Abrumados por los sentimientos de remordimiento y vergüenza, establecemos que nuestra fe está siendo atacada.
Es sorprendente como las efímeras emociones hunden la seguridad sobre las promesas de Dios. Bueno es recordar que los sentimientos son poco fiables; y que solo Dios dice la verdad, sin buscar confundirnos.
Para un cristiano “sentirse salvo” es como si un esposo o una esposa “se sintieran casados”. O lo están o no lo están; sus sentimientos no lo determinan.
Si algún sentimiento de remordimiento te ha robado tu confianza, entrégaselo al Señor, y acepta Su voluntad. El amoroso Padre celestial anhela verte confiado y sin vacilar.
(Referencia: En.Contacto)
Tu Palabra Sabia de Hoy 16/11/23
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