Juan 9.32-38 “Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si no viniera de Dios, nada podría hacer. Respondieron y le dijeron (al ex ciego): Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró”. Amén.
Al escuchar testimonios, algunos quedan impactados y sorprendidos, otros se muestran hostiles.
Un hombre ciego fue llevado ante los fariseos e interrogado. Contó cómo Jesucristo lo sanó aplicándole lodo en sus ojos. Pero la élite religiosa le preguntó: “¿Qué dices de Él?”, y respondió: “Que es profeta” (vs.17).
Sus padres fueron cuestionados, pero dijeron que le preguntaran al hijo. Aquel hombre fue expulsado de la sinagoga por los fariseos. Luego volvió a encontrarse con el Señor, quien le preguntó: “¿Crees tú en el Hijo de Dios?” (vs.35). A lo que él respondió: “Creo, Señor” (vs.38).
La sanidad, las explicaciones, las preguntas... todo condujo a una declaración de fe. Sería bueno aprender una lección de esta alma firme sobre la mejor manera de utilizar nuestras propias historias para creer más y más en Jesucristo. ¿Crees que Jesucristo es el Hijo de Dios? ¡Afírmate en Él!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
05.10.23
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