Lucas 6.29-31 “Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Amén.
Si te hieren en una mejilla, preséntale la otra… ¿Y será que tenemos que ser tan sufridos? No, en lo absoluto. Es que no paguemos con mal a quien mal nos hace; más bien, debemos orar por ellos y pedir a Dios que los bendiga.
En Juan 18.21-23 el Señor Jesús, siendo interrogado por el sumo sacerdote, uno de los guardias lo golpeó en la cara. En lugar de Jesús ofrecer su otra mejilla, desafió la acción injusta del hombre diciendo: siempre he hablado y enseñado abiertamente, pregúntale a quienes me han oído.
La respuesta justa dependerá de la situación. Habrá veces en que es mejor ignorar las acciones del otro; en otras ocasiones, alejarnos del abuso, o confrontarlo.
Saber cuál es la opción correcta y cristiana se logra bajo sometimiento a la sabiduría del Espíritu Santo. Poner la otra mejilla, NO es fácil, pero con esa compañía, vamos a saber cómo hacerlo.
En cualquier circunstancia conflictiva, el Espíritu Santo puede guiarnos a reaccionar de manera que honremos a Dios.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
Reflexión del 08.10.2023
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