2 Timoteo 1.6-7 “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. Amén.
Todos nos apagamos en algún momento. Habrá veces en que continuamos adelante, pero sentimos que solo estamos haciendo las cosas por rutina; no hay gozo, ni sentimos que hay fruto.
Pablo le dijo a Timoteo que avivara el fuego del don de Dios en él; es también un buen consejo para nosotros.
Y ¿Cómo hacerlo? Veamos…
1. Recargando las baterías espirituales: De rodillas ante el Señor, pidiendo que nos llene de nuevo. Aquí entra el hecho de arrepentirnos de cualquier pecado y someternos a Dios.
2. Reenfocándonos en Cristo: Nada apaga más el fuego espiritual que fijar los ojos en los problemas. Si nos enfocamos en los obstáculos, se verán más grandes. Pero al cambiar la mirada hacia Cristo, Él se hace más grande y el obstáculo más pequeño.
3. Rechazando las mentiras del maligno: Cuando estamos deprimidos, el diablo susurra sus mentiras: no puedes lograrlo, nadie te quiere, ¿por qué no desistes? Reconozcamos que todo pensamiento de desaliento viene de él, y hay que rechazarlo.
Después de seguir estos pasos, retornará el entusiasmo y la renovación espiritual. Y aunque las circunstancias difíciles sigan, estaremos preparados para manejarlas, sabiendo que no estamos solos.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
Reflexión del 10.10.2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario