Salmos 119.97, 100-103 “¡Oh, cuánto amo yo tu Ley! Todo el día es Ella mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! más que la miel a mi boca”. Amén.
¿Sabías que discernimiento espiritual es la capacidad de ver las cosas desde el punto de vista del Señor? Es ser capaz de separar la verdad de la mentira, y de tener una clara percepción entre lo que es bueno y lo que es mejor.
Si realmente crees en Cristo tienes que aprender a no estar anclado en las aguas tranquilas del puerto, tampoco atado al muelle. Tienes que salir más allá, hacia las grandes profundidades de Dios, a fin de comenzar a tener discernimiento espiritual.
Al
obedecer la Palabra de Dios se gana entendimiento,
y es algo que Él desea concedernos, que, por demás, está 100% ligado a Su
Espíritu.
El sometemos a las enseñanzas de nuestro Padre celestial y “cortar las amarras que nos atan al muelle”, seremos grandemente bendecidos.
Descubriremos lo mejor de Dios, y tendremos gran discernimiento, cuando decidamos sumergirnos y vivir nuestras propias experiencias con Él.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
Reflexión 27.10.2023
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