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Lamentaciones 3.22-26 «Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová». Amén.
La misericordia es una de las maneras en que Dios expresa su bondad. A menudo pensamos en la bondad de Dios en términos de bendiciones tangibles, pero no debemos sentir que somos amados solo cuando nuestras circunstancias sean buenas. La bondad de Dios suele ser más rica en nuestras horas más oscuras (Isaías 43.1-2).
El Señor Jesús se llenaba de compasión al ministrar a quienes sufrían. Ejemplo: el endemoniado de la región de los gadarenos. Estaba destrozado en cuerpo y alma, vagando desnudo entre sepulcros (Lucas 8.26-39). Lo ataban con cadenas y grilletes, no por el bienestar de él, sino por el de los demás. Y nadie antes había intentado aliviar su sufrimiento.
El Señor Jesús, no solo expulsó a los demonios, también vistió al hombre y habló con él. Una curación más que milagrosa, que no terminó hasta devolver al hombre a su plena humanidad. Le dio la bienvenida de regreso a la comunidad. Así es la bondad de Dios: un amor sin límites.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Fuente: En.Contacto)
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