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Filipenses 2.5-7 “Haya en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres". Amén.
Tristemente, el mundo se inclina a disfrutar de placeres temporales sin tomar en cuenta que todo pecado es muerte (Romanos 6.23). Incluso, olvidan lo que Cristo pagó por su pecado.
Que importante es recordar que, por nuestro bien, el Señor sufrió...
1. Dolor físico. Antes de ser crucificado, el Señor fue deshonrado y golpeado. Después de ser obligado a cargar la cruz, fue clavado en ella y levantado para sufrir una muerte horrorosa.
2. El pecado de la humanidad. Pese a no haber pecado, en la cruz del Calvario, el Padre celestial puso sobre Él todos los pecados nuestros (2 Corintios 5.21).
3. El abandono. En sus horas finales, el Señor Jesucristo fue separado de su Padre (Marcos 15.34). Nuestro pecado fue esa barrera que los mantuvo separados hasta completarse la obra de expiación (Juan 19.30).
4. El castigo divino. La ira de Dios se derramó sobre nuestro Señor a causa del pecado nuestro. Cristo experimentó esa condena que nosotros merecíamos.
Nuestro Salvador sufrió mucho por nosotros para que pudiéramos convertirnos en parte de la familia de Dios (Juan 1.12). Que la magnitud de su glorioso regalo nos inspire a amarlo de corazón.
Feliz día, amado amigo y hermano. Y ¡que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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