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Salmos 119.20, 22, 24 “Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo. Aparta de mí el oprobio y el menosprecio, porque tus testimonios he guardado. Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros”. Amén.
Si buscas obedecer a Cristo, es probable que hayas escuchado la frase “la voluntad de Dios”.
Esta frase se menciona en el contexto de que Él tiene un plan para cada creyente, o de que debemos hacer lo que le agrada, andando en sus caminos.
Si amamos al Señor, desearemos obedecerlo (Juan 14.15). Sin embargo, hay razones por las que podríamos no entender su plan para nosotros. Ejemplos…
1. Interpretar la Palabra de Dios
incorrectamente. Cuando nuestros días están llenos
de compromisos, es fácil no mantener la ingesta constante de las Sagradas
Escrituras.
Si no pasamos
tiempo en la Palabra de Dios, olvidamos lo que le importa a Él.
También pudiéramos interpretar la Biblia incorrectamente para apoyar decisiones ya tomadas, o para actuar a nuestra forma.
2. Elegir la guía equivocada. Al tomar decisiones, pudiéramos confiar mucho en las opiniones de otros. Cuántas veces entendemos que la manera más fácil y rápida de obtener respuestas es preguntando a otros cristianos, o incluso a incrédulos que parecen “sabios”.
Hacer de la Biblia nuestra compañera diaria es la mejor manera de no perder de vista el plan de Dios. Estemos preparados para pasar tiempo leyéndola y/o escuchándola.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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